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SACRAMENTOS
Catequesis Bautismal
El Bautismo es el sacramento por el que somos incorporados a la Iglesia, comunidad de fe y de vida, "integrándonos en su construcción para ser morada de Dios, por el Espíritu" (Ef 2,22). Esta incorporación se celebra en la Iglesia católica mediante el rito del Bautismo, que es el sacramento primero de la iniciación cristiana, el baño ritual en las aguas salvadoras de la gracia divina manifestada en Jesucristo, Palabra de Dios encarnada.
Por el Bautismo de los niños la Iglesia manifiesta la fe en el Dios que guía providentemente nuestra vida con su gracia, haciéndonos partícipes de su vida divina en Jesucristo. La Iglesia recibió la misión de evangelizar y bautizar, es decir, de mostrar a los hombres el camino de la salvación, de la vida de Dios entre nosotros, para que la vida humana se plenifique en el bien y en el amor.
Que el Bautismo lo reciban quienes no han llegado a la edad de poder decidir por sí mismos no es ningún impedimento para que la gracia de Dios actúe. Por eso, igual que vuestro/a hijo/a recibe de vosotros como un don, la vida, el amor, el cuidado y la educación debidos, junto con todo lo necesario para su bien, y que no pueden hacer por sí mismos, así creemos que Dios los hace partícipes de su vida divina por mediación de la Iglesia, y, más en concreto, por la colaboración de los padres en la transmisión de la fe y educación de los hijos en los principios y valores de la vida cristiana.
Padres y padrinos, pues, os comprometéis a educar a vuestro/a hijo/a en la fe de la comunidad cristiana, de tal modo que al pedir públicamente el Bautismo para él/ella, manifestáis que estáis dispuestos a colaborar con la gracia de Dios.
El rito del Bautismo consta de cuatro partes, ordenadas entre sí y realizadas en la liturgia de modo progresivo. Son las siguientes.
1. Rito de acogida
Es el saludo del sacerdote, dirigido principalmente a padres y padrinos, gozosos de recibir al neonato en la comunidad eclesial, al igual que lo recibieron gozosamente en la familia. Acto seguido, se interroga a los padres y padrinos:
* ¿Qué nombre habéis elegido para este/a niño/a? (si son varios niños, según indicación del sacerdote, dicen el nombre del niño o de la niña).
* ¿Qué pedís a la Iglesia para vuestro/a hijo/a? (Responden todos juntos) El Bautismo.
* (Continúa el sacerdote) Al pedir el Bautismo para vuestro/a hijo/a, ¿sabéis que os obligáis a educarlo en la fe, para que, guardando los mandamientos, ame al Señor y al prójimo, como Cristo nos enseña en el Evangelio? (Responden los padres) Sí, lo sabemos.
* Y vosotros, padrinos, ¿estáis dispuestos a ayudar a sus padres en esta tarea? (Responden los padrinos) Sí, estamos dispuestos.
Prosigue el sacerdote:
N., la comunidad cristiana te recibe con alegría.
Yo, en su nombre, te signo con la señal de Cristo Salvador.
Y vosotros, padres y padrinos, haced también sobre el/ella la señal de la cruz.
2. Liturgia de la Palabra: lecturas, homilía, preces e invocaciones
La vida del cristiano está necesitada de la luz de Dios y de la ayuda de su gracia. Por eso, escuchamos atentamente su Palabra y le pedimos su auxilio. El sacerdote comenta brevemente las lecturas.
Unción prebautismal con el óleo de los catecúmenos
Acabadas las invocaciones, el sacerdote unge en el pecho a los niños con el óleo de la salvación, para que el Señor les fortalezca con el poder de Cristo Salvador.
3. Celebración del sacramento
Bendición del agua.
(Sacerdote) Oremos, hermanos, al Señor Dios todopoderoso, para que conceda a este/a niño/a la vida nueva por el agua y por el Espíritu Santo.
La oración de bendición del agua recuerda la obra de la salvación, concluyendo con la siguiente petición:
Te pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu Hijo,
descienda sobre el agua de esta fuente,
para que los sepultados con Cristo en su muerte,
por el Bautismo, resuciten con él a la vida.
Por Jesuscristo nuestro Señor. Amén.
Renuncias y profesión de fe.
Recordando el propio Bautismo, y con la firme voluntad de obrar el bien y de confesar con nuestra vida la fe que profesamos en el seno de la Iglesia, el sacerdote pregunta y los padres y los padrinos responden a las siguientes preguntas.
* ¿Renunciáis a Satanás? Sí, renuncio.
* ¿Y a todas sus obras? Sí, renuncio.
* ¿Y a todas sus seducciones? Sí, renuncio.
* ¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra? Sí, creo.
* ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre? Sí, creo.
* ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? Sí, creo.
Esta es nuestra fe.
Esta es la fe de la Iglesia,
que nos gloriamos de profesar
en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Amén.
Bautismo.
El celebrante invita a las familias para que, sucesivamente, se acerquen a la fuente. Padres y padrinos responden a las siguientes preguntas:
* ¿Queréis, por tanto, que vuestro hijo/a sea bautizado/a en la fe de la Iglesia que juntos acabamos de profesar? Sí, queremos.
N., yo te bautizo
en el nombre del Padre,
y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
Unción con el Santo Crisma.
Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que te ha liberado del pecado y dado nueva vida por el agua y por el Espíritu Santo, te consagre con el crisma de la salvación para que entréis a formar parte de su pueblo y seáis para siempre miembros de Cristo, sacerdote, profeta y rey. Amén.
Imposición de la vestidura blanca.
N., ya eres nueva criatura y has sido revestido/a de Cristo. Esta vestidura blanca sea signo de tu dignidad de cristiano/a. Ayudado/a por la palabra y el ejemplo de los tuyos, consérvala sin mancha hasta la vida eterna. Amén.
Entrega del cirio.
Recibid la luz de Cristo.
A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta luz. Que vuestro hijo/a, iluminado/a por Cristo, camine siempre como hijo/a de la luz. Y perseverando en la fe, pueda salir con todos los Santos al encuentro del Señor.
4. Rito de conclusión
Padre nuestro...
Bendición final.
El Bautismo constituye el fundamento de la vida cristiana. Por eso lo celebramos con el gozo de la fe en la vida de los recién nacidos. Que el Señor os bendiga a vosotros y a vuestro/a hijo/a, sostenga el amor de vuestra familia y os conceda la alegría de la esperanza cristiana, nacida hoy en la vida de este/a niño/a.